Crónica de Manuel Borrego TINTA AMARILLA
Fotos TINTA AMARILLA
Llega este viernes hasta la redacción de Tinta Amarilla la triste noticia del fallecimiento de Antonio Lozano Cáceres, una de las leyendas del deporte grancanario de los años setenta y ochenta como jugador del balonmano. Este deporte era entonces el segundo de la isla y el Canteras UD el club de referencia para toda Canarias.
Porque Tonono Lozano (28 de octubre de 1956) fue una de las grandes figuras del balonmano isleño de todos los tiempos, siendo un jugador referente en la época en que ejerció. Fue el primer jugador canario masculino internacional con la selección B de España de entonces, liderando entonces este ranking junto a Ana María Nuez.
Formidable juvenil
Desde categoría juvenil, aquel pivote de 1,72 y 80 kilos de peso destacaba por su adelantada formación técnica y cualidades atléticas como refleja el servicio de documentación de nuestro diario digital.
Su primer gran éxito llegó con el club de sus amores, el Canteras Unión Deportiva, logrando el célebre ascenso del 3 de abril de 1977. Por primera vez un equipo de balonmano de Canarias alcanzaba la División de Honor tras vencer en la fase de ascenso celebrada en Cuenca al Bidasoa 28-25, de la mano de Eduardo Fernández.
Aquel grupo de imborrables jugadores lo componían los porteros Juan Mateos, Manuel Reyes y Francisco Jiménez. La primera línea línea estaba integrada por Miguel Angel Rodríguez, Sulo Cruz, Chicho Calero, Luis Conde Cid, Ezequiel Sánchez, Andrés Vico y Rafael López. En segunda línea disponía el Canteras, además de Tonono Lozano, de Carlos Castellano, Abilio Méndez (qepd, 8-8-11), Francisco Rodríguez Santana, Toni Santana, Boro Eizaguirre, Eugenio del Toro y Juan Pérez Medina.
El otro ascenso en Tenerife
En el verano de 1979, Lozano causaría baja en el Canteras para pasar a formar parte del Balonmano Tres de Mayo, siendo éste el primer equipo de Tenerife que logró el ascenso a la División de Honor el 15 de junio de 1981.
El destino quiso que Lozano también estuviera en otro momento histórico del balonmano de Canarias. Porque en el epílogo de aquella temporada 1980-81 se enfrentaron el Canteras y el Tres de Mayo en una promoción en la que los grancanarios protegían su condición de equipo de máxima división mientras los tinerfeños lo hacían para el ascenso.
El partido de ida se disputó en la cancha Carlos García San Román, con victoria 24-21 para los grancanarios dirigidos en aquel momento por Fernando Sánchez (qepd). En la vuelta, sin embargo, 5.000 personas llenaron el Pabellón Municipal de los Deportes de Santa Cruz de Tenerife. Allí, tras varias prórrogas, el Tres de Mayo logró un marcador más amplio (32-28) llevándose el éxito final.
En aquel conjunto tinerfeño, Tonono volvió a coincidir con Abilio Méndez, en una etapa gloriosa de la entidad tinerfeña. Aquel célebre Tres de Mayo, dirigido por Paco González, contaba en sus filas con los porteros Rossel y Alpidio, además de los jugadores de campo Leonardo, Paquiño, Tilo, Dorta, Mario, Reñasco, Víctor, … Ese último fue el autor del gol decisivo que dio el pase a los denominados ‘mayistas’ tinerfeños.
A su regreso a Gran Canaria en 1985, Lozano volvió a actuar en el Canteras UD y también coincidió con algunos jugadores de su época y otros que pertenecían a las generaciones que siguieron la estela de aquel gran conjunto de la calle Alceste.
En aquel nuevo Canteras estaban los porteros Sorribes y Agustín, además de nuevos valores locales como Robert y Diego Borrero, y la flamante incorporación del danés Jan Lauridsen, que había deslumbrado en aquel equipo nuevamente dirigido por Eduardo Fernández.
Fue, en consecuencia, ídolo en el pabellón Obispo Frías y también en la cancha García San Román, donde deleitaba por sus ágiles movimientos para trabajar las contundentes defensas de la época.
Testimonios
El hermano de Tonono Lozano, Miguel (componente de Los Gofiones) lo recuerda como “un atleta excepcional. Jugó al fútbol también, como defensa central. En juveniles le tocó marcar a Pepe Juan Suárez”, indica. “Y en su etapa inicial del Canteras vino a buscarlo el Atlético de Madrid de balonmano. Querían ficharlo junto a Felo. Pero nuestros padres no se atrevieron a ceder porque eran muy jóvenes. Y entonces Madrid estaba muy lejos”.
El fallecimiento de Lozano se produjo en la noche del jueves al viernes, tras un mes de hospitalización. “No olvidaremos su gran figura deportiva y también como persona. Fui su hermano y su socio. También compañero de grupo. Tocaba mejor que cantaba en la época en que estuvo en Los Gofiones”.
Tras su retirada como jugador, Lozano quedó vinculado al balonmano “como colaborador de la Real Federación Española asistiendo en grupos internacionales como psicólogo”, nos recuerda Sulo Cruz, que fuera su compañero en el Canteras de los años setenta. “También su labor se realizó en la Federación Insular y en clubes locales de Gran Canaria”.
“Tonono debutó en el Canteras en la temporada 1975-76, la segunda en la Primera División. Ese año pasó algo curioso: la Federación puso como norma que los partidos de la Liga habían de disputarse en pabellones cubiertos. Y en Las Palmas de Gran Canaria no había”, recuerda. “Así que hubo un acuerdo: la primera vuelta se jugó en la Península y la segunda vuelta, en las islas. Pero teníamos que hacer como equipo local en el pabellón de la Universidad de La Laguna. Ese fue un gran inconveniente para todos y para nuestros aficionados”.
Su velatorio tiene lugar en el Tanatorio San Miguel, sala 205, donde se procederá a su incineración.
Desde nuestra columna digital trasladamos nuestro más sentido pésame a toda la familia Lozano Cáceres, así como a los amigos y conocidos de un deportista que ha marcado una época.
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